viernes, 28 de septiembre de 2007

Tu y Yo Somos Uno Mismo

¡¡¡Y no quiero olvidarte, tal vez tu regreses y aquí yo estaré esperándote amor, no lo puedes llegar a negar, tú y yo somos uno mismo… uh oh oh, uh oh oh uh oh, uh oh oh uh oh oh…!!!

No soy músico, no tengo talentos musicales, canto desafinado, pero eso si, lo hago con mucho sentimiento. La frase anterior muy bien podría ser de cualquiera de los integrantes de la Banda Timbiriche (que anda de gira festejando sus 25 años), pero no, esto lo digo yo. Y lo digo para dejar claro que lo que está escrito a continuación no está basado en el conocimiento ni en la experiencia musical, sino en el sentimiento.

Yo soy parte, de alguna manera, de lo que llaman “Generación Timbiriche” y debo confesar, con un poco de culpa, que algunas de sus canciones me ponen a cantar con emoción. Mi teoría es que me pegaron en plena adolescencia y en esa época de la vida uno compra lo que sea y si eso no le pasa a todos, por lo menos me pasó a mi.

El miércoles pasado tuve el “gusto” de asistir al Auditorio Nacional a presenciar un acto plasticoso, prefabricado (hace ya 25 años), lleno de talento en los músicos que le dieron vida a la música (sirva de algo la redundancia) y falto de voz, armonía, cuadratura, afinación y todas esas cosas que se supone deberían tener los cantantes. Sin embargo, la gente en el Auditorio no dejaba de cantar, de seguir con sus palmas y sus gritos las mal interpretadas canciones de sus ídolos de adolescencia.

¿Qué provocará este fenómeno?
¿Cómo es que la gente con poco o nada de talento se vuelve tan famosa?

¿Por qué grandes talentos se quedan en el anonimato?

¿Por qué las empresas dedicadas a “construir” “artistas”, no buscan talento de verdad?

¿Por qué sigue vendiendo más una buena nalga que una buena voz?

¿Por qué el concierto de Timbiriche me deja con la sensación de estar envuelto en plástico?

¿Se habrán hecho famosos por haberle dado a la humanidad una de las verdades que construyen el Universo?

¿Será que verdaderamente “Tu y Yo Somos Uno Mismo”?

No se ustedes pero yo, ¡no lo se!

¿O si?

viernes, 21 de septiembre de 2007

Espacio Vacío

Me encuentro en un lugar totalmente negro. Arriba, abajo, derecha, izquierda, adelante, atrás, ninguna de estas palabras tiene sentido porque no hay a donde mirar, todo, es negro, todo, está vacío.

En un instante, con la magia de los efectos especiales hechos por computadora, aparece en mi mano una hoja de papel de color blanco, finalmente ya no estoy en un espacio vacío, ya hay “algo”, coloco esta hoja en un lugar completamente indefinido dado que todo está vacío y en cuanto suelto esa hoja aparece otra en mi mano, ahora hay “algo más” y decido ponerla junto a la otra, ahora no sólo ya no está vacío, sino que se puede empezar a hablar de una referencia, “junto a”. Aparece otra hoja blanca y luego otra y otra más y las voy colocando “junto a”, “arriba de”, “debajo de” y poco a poco voy llenando el espacio antes vacío con hojas de color blanco. Ya casi no hay espacio, ya casi lleno el espacio vacío, sólo falta un pequeño hueco en este espacio y lo cubro con la última hoja de color blanco que apareció en mi mano.

Ahora, todo es blanco, ahora, todo está lleno, sin embargo otra vez no distingo arriba ni abajo, no distingo lados, no distingo nada, todo, es espacio vacío, pero yo lo llené, ¿cómo pasó?

En un instante, con la magia de los efectos especiales hechos por computadora, aparece en mi mano una hoja de papel de color negro y la coloco en un lugar cualquiera en ese espacio vacío y junto a ella otra y otra y otra más hasta llenar de nuevo todo. ¿Llenar? Pero si otra vez está todo vacío.

En un instante, con la magia de los efectos especiales hechos por computadora, aparece en mi mano una hoja de papel de color azul…

viernes, 14 de septiembre de 2007

Bienvenidos Todos

Bienvenidos sean a este espacio que es un poco más virtual que el habitual, aquí el tiempo no tiene sentido, o en realidad, ¿será lo único que tiene sentido?, aquí el fondo se confunde con la forma, ¿será que no puedan existir el uno sin la otra?, aquí, tal vez, juntos descubramos la verdad, aunque después de todo, ¿qué es la verdad? Yo, no lo se!

¿O si?